En constante evolución, el escenario de la fiscalidad global introduce de vez en cuando reformas revolucionarias. Ese es el caso del segundo pilar del Marco Inclusivo de la OCDE y el G20, una propuesta que va a transformar los sistemas tributarios de todo el mundo y que ha despertado el interés público. Descubra en qué consiste este pilar y por qué está siendo objeto de una atención creciente por parte de gobiernos, multinacionales y profesionales fiscales de todo el mundo.
Fines, mecanismos y fecha de implementación
El segundo pilar es uno de los dos ejes de trabajo del Marco Inclusivo, la propuesta de la OCDE y el G20 para la reforma de la fiscalidad internacional. Suscrito por 139 países, su objetivo es imponer una tasa mínima del 15 % sobre los ingresos de las multinacionales que tengan una facturación global de al menos 750 millones de euros. Esta tasa mínima se apoya en dos reglas, la Regla de Inclusión de Rentas (RIR) y la Regla sobre Pagos Insuficientemente Gravados (RPIG).
- La RIR impone a las multinacionales el pago de un impuesto complementario en las jurisdicciones en las que el tipo impositivo efectivo sea inferior al tipo mínimo acordado.
- La RPIG es un mecanismo secundario que permite la recaudación del impuesto complementario en ciertos casos en los que la RIR no sería aplicable.
Se espera que el segundo pilar entre en vigor en 2024, pero la fecha exacta varía de un país a otro. Por ejemplo, la Unión Europea ha emitido una directiva que fija la implementación del segundo pilar a partir de 2024, mientras que Estados Unidos aún no ha anunciado una fecha. También hay países adelantados como Alemania o Indonesia, donde ya han empezado a implementarse las reglas del segundo pilar.
Diferencias entre el primer y segundo pilar
Aunque ambos pilares buscan ofrecer soluciones a los retos fiscales derivados de la digitalización de la economía, su enfoque es distinto. El primer pilar ofrece un marco para la reasignación de ingresos a las jurisdicciones de mercado, mientras que el segundo pilar se centra en establecer un marco fiscal mínimo global y en prevenir la elusión fiscal. A grandes rasgos, las características de los dos pilares podrían resumirse así:
Primer pilar: atribución de beneficios y nexo
El primer pilar se centra en la reasignación de los ingresos imponibles de las grandes multinacionales a las jurisdicciones de mercado, y afecta a las tasas impositivas efectivas, las obligaciones tributarias en efectivo y los acuerdos sobre precios de transferencia. Para la entrada en vigor de este pilar, que contempla la incorporación gradual de las distintas entidades, es necesario que una masa crítica de jurisdicciones lo haya ratificado.
El primer pilar suprime los impuestos sobre los servicios digitales y medidas similares pertinentes, pero no cuenta con medidas de identificación bien definidas ni se ha concretado un calendario de implementación. Abarca distintos sectores y se aleja del enfoque inicial en los modelos de negocio digitalizados.
Segundo pilar: tipo impositivo mínimo mundial
El segundo pilar tiene como objetivo garantizar que las multinacionales con una facturación superior a 750 millones de euros tributen con un tipo impositivo que queda fijado en el 15 %. Para ello, este pilar define dos normas que se conocen como reglas globales contra la erosión de las bases imponibles (reglas GloBE) y que se espera que entren en vigor en la Unión Europea y otras jurisdicciones entre 2024 y 2025.
Para la aplicación del segundo pilar, que supone un cambio radical en el sistema fiscal internacional, se contemplan mecanismos como la Regla sobre Pagos Insuficientemente Gravados (RPIG) y la Cláusula de Sujeción a Impuestos (CSI).
Objetivos e impacto
El principal objetivo del segundo pilar es evitar que las empresas multinacionales puedan transferir sus beneficios a jurisdicciones donde pagan menos impuestos para evadir sus obligaciones tributarias. Con su implementación, se espera que los gobiernos de todo el mundo puedan recaudar miles de millones de dólares adicionales. Además, este pilar propone un sistema fiscal más justo que favorece la competitividad al mismo tiempo que permite a las empresas enfrentarse en situación de igualdad.
Buenas prácticas y recomendaciones
La implementación del segundo pilar es un proceso complejo que requiere la cooperación de gobiernos, empresas y partes interesadas. Es importante que se planifique con antelación suficiente para que todos los actores tengan tiempo de prepararse.
También es fundamental que las empresas lleguen a acuerdos sobre la implementación del segundo pilar y que busquen soluciones informáticas que permitan, entre otras funcionalidades, automatizar el cálculo de la tasa impositiva efectiva (TIE) y monitorizar el flujo de beneficios entre jurisdicciones.
No es un proyecto sencillo: requiere flexibilidad y no tener miedo a modificar el plan de implementación cuando sea necesario. Tampoco existe una solución única que pueda aplicarse a todas las empresas. Sin embargo, sí que podemos ofrecerle una serie de recomendaciones básicas que facilitarán el proceso:
- Obtenga la aprobación de la alta dirección para garantizar una implementación eficiente.
- Ofrezca a sus empleados formación sobre las exigencias y reglas.
- Recurra a servicios de asesoría fiscal especializada, sobre todo si tiene dudas sobre la implementación.
- Permanezca al tanto de las últimas novedades, ya que puede haber cambios en las reglas.
Desafíos y soluciones
Algunos de los problemas más comunes que pueden derivarse de la implementación del segundo pilar son:
- Dificultad para realizar cambios en los sistemas de informes contables y fiscales.
- Alto coste de las actividades de cumplimiento, especialmente de los procesos de recogida de datos y elaboración de informes sobre las actividades y beneficios globales.
- Oposición política al segundo pilar, especialmente en los países que aplican tasas impositivas más bajas.
Además, hay que tener en cuenta que tanto gobiernos como empresas tendrán que enfrentarse a un volumen significativo de trámites burocráticos y administrativos. La mejor solución a estos problemas es simplificar las normas del segundo pilar para que las empresas puedan entenderlas fácilmente.
Otra solución eficaz es adoptar soluciones tecnológicas como GlobalTaxCenter Suite, una herramienta que ayuda a las empresas a cumplir con las complejas normas fiscales de la economía digital. La suite GlobalTaxCenter incluye módulos para el cumplimiento de las reglas GloBE y la presentación de informes país por país (CbCR) o los que exige la DAC 4 de la UE.
Con esta suite podrá cumplir con exactitud y prontitud los requisitos de estas normas. Dispone de numerosas funciones que simplifican la recogida de datos y la presentación de informes, entre las que se incluyen:
- Un repositorio de datos centralizado, que almacena todos los datos que se necesitan en las operaciones de cumplimiento.
- Flujos de trabajo automatizados, que ayudan a agilizar el proceso de cumplimiento.
- Una interfaz sencilla e intuitiva que facilita la navegación.
El segundo pilar: una realidad cada vez más cercana
El segundo pilar acabará materializándose y afectando a multinacionales, gobiernos, países en desarrollo y otros actores. El Marco Inclusivo de la OCDE y el G20 ha alcanzado ya un amplio consenso sobre su implementación, que ha sido suscrito por numerosos países. Ante su inminente entrada en vigor y los retos que esta plantea, muchas empresas tendrán que encontrar soluciones eficientes para trabajar con reglas de gran complejidad y optimizar sus gastos de cumplimiento.
Fuentes: